Queridos hermanos y hermanas:
La Cuaresma, que nos lleva a la celebración de la Santa Pascua, es para la Iglesia un tiempo litúrgico muy valioso e importante, con vistas al cual me alegra dirigiros unas palabras específicas para que lo vivamos con el debido compromiso. La Comunidad eclesial, asidua en la oración y en la caridad operosa, mientras mira hacia el encuentro definitivo con su Esposo en la Pascua eterna, intensifica su camino de purificación en el espíritu, para obtener con más abundancia del Misterio de la redención la vida nueva en Cristo Señor (cf. Prefacio I de Cuaresma).
La Cuaresma, que nos lleva a la celebración de la Santa Pascua, es para la Iglesia un tiempo litúrgico muy valioso e importante, con vistas al cual me alegra dirigiros unas palabras específicas para que lo vivamos con el debido compromiso. La Comunidad eclesial, asidua en la oración y en la caridad operosa, mientras mira hacia el encuentro definitivo con su Esposo en la Pascua eterna, intensifica su camino de purificación en el espíritu, para obtener con más abundancia del Misterio de la redención la vida nueva en Cristo Señor (cf. Prefacio I de Cuaresma).
1. Esta misma vida ya se nos transmitió el día del Bautismo, cuando «al participar de la muerte y resurrección de Cristo» comenzó para nosotros «la aventura gozosa y entusiasmante del discípulo» (Homilía en la fiesta del Bautismo del Señor, 10 de enero de 2010). San Pablo, en sus Cartas, insiste repetidamente en la comunión singular con el Hijo de Dios que se realiza en este lavacro. El hecho de que en la mayoría de los casos el Bautismo se reciba en la infancia pone de relieve que se trata de un don de Dios: nadie merece la vida eterna con sus fuerzas. La misericordia de Dios, que borra el pecado y permite vivir en la propia existencia «los mismos sentimientos que Cristo Jesús» (Flp 2, 5) se comunica al hombre gratuitamente.
2. Para emprender seriamente el camino hacia la Pascua y prepararnos a celebrar la Resurrección del Señor —la fiesta más gozosa y solemne de todo el Año litúrgico—, ¿qué puede haber de más adecuado que dejarnos guiar por la Palabra de Dios? Por esto la Iglesia, en los textos evangélicos de los domingos de Cuaresma, nos guía a un encuentro especialmente intenso con el Señor, haciéndonos recorrer las etapas del camino de la iniciación cristiana: para los catecúmenos, en la perspectiva de recibir el Sacramento del renacimiento, y para quien está bautizado, con vistas a nuevos y decisivos pasos en el seguimiento de Cristo y en la entrega más plena a él.
Que buena noticia amiga mia,es un tiempo de PAZ y tranquilidad para pasarla en Dios.
ResponderEliminarMuy bueno seria si esto se hicira no solo en estos tiempos sino todos los días del año.
ResponderEliminarla cuaresma es un tiempo de paz y reflexion como dice el texto tambien es tiempo de ayuno prohibirno por este tiempo de cosas que hacemos amenudo y pònermos no solo en este tiempo sino siempre a orden de nuestro señor jesucristo
ResponderEliminarLa semana santa implica conversion, estar en paz con los demás, momento de acercarse a Dios y de reflexión, también nos invita a conocer má s de Dios y a repentirnos de nuestros pecados.
ResponderEliminarla semana santa es un tiempo para reflexionar, estar en paz con uno mismo y con los demas.
ResponderEliminarES UN EXCELENTE MENSAJE, Y ES UN TIEMPO PARA REFLEXIONAR EN LAS COSAS MALAS QUE HACEMOS A DIARIO. ES UN TIEMPO DE QUE LE DEDIQUEMOS TIEMPO A DIOS Y A NUESTRA FAMILIA. LA CUARESMA TIEMPO DE PERDON, AMOR Y DESPRENDIMIENTO.
ResponderEliminarmuy bonito, es tiempo de regocijo pero lamentablemente las personas no lo creen ni actuan así.
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